Red Velvet cake o Tarta terciopelo rojo
- Lunala Art
- 23 mar 2018
- 3 Min. de lectura
Una tarta que siempre me ha llamado la atención, un bizcocho de tono rojo intenso y aterciopelado llamado Red Velvet. Se trata de una tarta con capas, que tradicionalmente se acompaña con glaseado de mantequilla o queso entre sus capas y como decoración exterior.

Investigando un poco sobre cual podría ser su procedencia me encuentro que tiene un origen confuso. Existe una versión que me parece la más creíble, que asegura que fue en la época de racionamiento durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la necesidad obligó a los panaderos a emplear el jugo de remolacha cocida para mejorar el aspecto de sus pasteles, siendo este el origen de la Red Velvet. En cualquier caso esta receta vio relanzada su popularidad en 1989 gracias a la película Magnolias de Acero que contaba con un pastel de bodas Red Velvet con forma de armadillo.
Entre todos los ingredientes el que quizá nos llame un poco la atención por ser poco habitual en la gastronomía española es el buttermilk. No es más que suero de mantequilla, producto lácteo muy empleado en repostería en EEUU y Europa. Cómo hacer Red Velvet Cake o Terciopelo Rojo:
Ingredientes para Red Velvet cake o Tarta terciopelo rojo
275 g. de harina de trigo
20 g. de cacao sin azúcar
300 g. de azúcar blanquilla o normal
130 g. de mantequilla
1 cdta. de levadura química (tipo Royal) o polvo de hornear
1 cdta. de bicarbonato sódico
2 huevos
250 ml. de Buttermilk
1 cdta. de extracto de vainilla
2 cdtas. de vinagre de vino blanco
1/4 cdta. de sal
Colorante alimenticio Rojo en pasta
Glaseado de queso: 100 g. de mantequilla, 400 g. de queso en crema, 200 g. de azúcar glass y 1 cdta. de extracto de vainilla
Preparación
Preparación de la tarta y base de la Red Velvet
Si no tenemos buttermilk lo primero que haremos será prepararlo. Ponemos 250 ml. de leche entera en un bol y le añadimos un chorrito de zumo de limón.
Dejamos que repose por lo menos durante 15 minutos. Pasado este tiempo parecerá como si la leche se hubiera cortado, en ese momento estaría perfecto.
En un bol tamizamos la harina, el bicarbonato, la sal, la levadura y el cacao. Reservamos.
En otro bol mezclamos el buttermilk, el vinagre, el colorante rojo y la esencia de vainilla. En un tercer bol batimos la mantequilla con el azúcar hasta hacer una crema.
Incorporamos los huevos uno a uno batiendo bien cada vez. Vamos echando a esta mezcla de manera alterna el contenido de los boles de los sólidos y los líquidos en cuatro y tres veces, comenzando por la harina.
Untamos con mantequilla el molde que vayamos a utilizar. Vertemos la mezcla en el molde.
Horneado del bizcocho Red Velvet
Precalentamos el horno a 180º C.
Horneamos a 175º C durante 30 minutos. En la posición central del horno, con calor arriba y abajo.
Como cada horno funciona de una manera distinta os recomiendo estar pendiente y que probéis a pinchar el cake con un palito. Cuando creáis que puede estar, si el palito sale seco estará listo.
Si lo que tenemos previsto es hacer una tarta de capas rellenas de crema. Seguramente nos será más fácil hornear el bizcocho en varios moldes en lugar de en uno sólo. Esto nos evitará el trabajo de cortar las capas. Aunque siempre tenemos la alternativa de no hacer capas y decorarlo con azúcar glass.
Retiramos el molde del horno y lo dejamos enfriar en una rejilla sin desmoldar durante 10 minutos. Una vez templado le podremos dar la vuelta y quitarlo del molde sin dificultad.
Lo ideal es preparar este bizcocho con un día de antelación si la intención es capearlo y rellenarlo de crema. Una vez que el bizcocho está frío lo envolvemos en papel film. Lo guardamos en la nevera hasta el día siguiente.
Así conseguimos que el bizcocho asiente su miga. Así será más fácil de manipular, tanto para el corte como para el montaje de la tarta.
Preparación del glaseado de queso y decoración final
Para preparar esta cobertura es necesario que la mantequilla y el queso estén a temperatura ambiente. Batimos primero la mantequilla con el azúcar hasta que se haya creado una crema blanquecina.
Añadimos el queso y el aroma de vainilla y batimos con una batidora de varillas mezclando bien.
Cortamos el bizcocho con un cuchillo de sierra en tantas capas como queramos.
Con una espátula vamos colocando alternativamente una capa de bizcocho y otra de crema de queso. Hasta terminar con la última capa de bizcocho.
Acabamos decorando la tarta con crema de queso.
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